Una herencia escogida

Hay quienes dejan un testamento nombrando a aquellas personas que recibirán la herencia luego de su muerte. Por supuesto, todos quieren ser nombrados en aquel testamento pero no todos lo serán. De igual manera, en los asuntos celestiales hay cosas semejantes a las terrenales, ejemplo, en este caso Dios nos ha nombrado en su testamento dejándonos una herencia, y damos gloria a Dios por esto.

Hay un pasaje de la Biblia que nos habla de esto:

4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!

7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Gálatas 4:4-7

Dios nos ha hecho sus hijos, y esto a través de la muerte de su Hijo en la cruz, con su sangre Él nos ha dado vida, nos ha resucitado, dándonos una herencia eterna, un regalo eterno e incomparable y esto debe hacernos sentir los herederos más privilegiados, puesto que nuestra herencia no se corrompe sino que es eterna.

Toda nuestra herencia celestial comienza con Cristo y termina con Cristo. Todo lo que el Padre nos ha concedido en su inmensa soberanía proviene del sacrificio del Hijo de Dios en la cruz, aquella preciosa sangre derramada fue la pluma con la que Dios escribió nuestro nombre en aquel testamento.

Ya no somos más esclavos, ya no somos más condenados, ya no somos más personas que no podemos ir ante el trono de la gracia, ¡no! el camino está totalmente abierto para nosotros, y es porque Dios a través de su Hijo en la cruz, a través de aquella sangre derramada nos dio vida y nos ha hecho sentarnos en los lugares celestiales.

Cuán privilegiados debemos sentirnos en este momento, de que nosotros siendo inmerecedores de su gracia y perdón, hayamos sido incluidos en este glorioso testamento con una herencia de vida eterna. ¡Se nos ha escogido para darnos una herencia!

...
Todo tiene su tiempo
El agua eterna