¿Ordenó Dios la caída de Adán? Paul Washer

Paul-Washer

Ordenó Dios la Caída? La palabra “ordenar” significa poner en orden, arreglar, o nombrar. Otras palabras que llevan un significado parecido son: “decretar,” “determinar,” “predeterminar,” y “predestinar”. ¿Determinó de ante mano Dios que la Caída sucediera? La respuesta es “sí,” pero es sumamente importante que entendamos lo que esta respuesta significa y lo que no significa.

Al decir que Dios ordenó la Caída no significa que Dios forzó a Satanás a que tentara a nuestros primeros padres, o que Dios los manipuló para que desobedecieran Su mandamiento. Lo que ellos hicieron, lo hicieron voluntariamente. Dios es santo, justo, y bueno. No es el autor del pecado, no peca, no puede ser tentado por el pecado, y no tienta a nadie para que peque. Al decir que Dios ordenó la Caída significa que esta iba a suceder sin duda.

La voluntad de Dios fue que Adán fuera probado, y que se mantuviera firme o cayera sin la ayuda divina que podría haberlo protegido para que no hubiera caído. Dios podría haber prohibido a Satanás que tentara a Eva, o podría haberles dado a Adán y Eva la gracia necesaria para resistir y triunfar sobre la tentación.

Por medio del testimonio de las Escrituras entendemos que Dios no lo hizo. Finalmente, al decir que Dios ordenó la Caída significa que fue parte de Su eterno plan. Antes de la fundación del mundo, antes de la creación de Adán y Eva y la serpiente que los tentó, antes de la existencia de Edén y el árbol de la ciencia, Dios ordenó la Caída para Su gloria y para el bien de Su creación. Dios no permitió que nuestros primeros padres fueran tentados y luego esperó para responder en base de la decisión que ellos tomaran. Él no miró hacia el futuro y vio la Caída. Más bien, la Caída fue parte del eterno plan de Dios y Él predeterminó o predestinó que sucediera. La pregunta que inmediatamente se presenta es:

¿Es Dios el autor del pecado?

Debemos contestar esta pregunta con un fuerte “No.” Dios no es el autor del pecado, y tampoco manipula a los hombres para que pequen contra Él. Aunque Él predestinó que la Caída sucediera, Él también predestinó que sucediera a través de las acciones voluntarias de Satanás, Adán, y Eva. Aunque nuestras mentes finitas no pueden comprender plenamente como Dios puede ser absolutamente soberano sobre cada evento de la historia y sobre cada acto del individuo sin destruir la libertad individual, las Escrituras abundan con ejemplos que demuestran que es verdad.

José fue vendido como esclavo como el resultado del pecado voluntario de sus hermanos, pero al final, José declaró, “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). El Hijo de Dios fue crucificado como el resultado del pecado voluntario y hostilidad de los hombres contra Dios, pero aún así, Dios había ordenado o predestinado la muerte de Cristo antes de la fundación del mundo (Hechos 4:27-28; I Pedro 1:20). En las Escrituras, leemos:

“A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” Hechos 2:23 “Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” Hechos 4:27-28

En las Escrituras, vemos que Dios ordena o predetermina que un evento ocurra, pero a la vez, Él lo lleva acabo a través del pecado voluntario de los hombres sin ser el autor de su pecado o sin manipularlos en contra de su propia voluntad. Los hombres impíos voluntariamente clavaron a Jesucristo a la cruz y fueron responsables por sus acciones, pero a la vez, todo este evento se llevó a cabo según el plan predestinado de Dios.

La Caída de Satanás y la Caída de la raza humana a través de Adán y Eva fueron el resultado de su propio pecado por el cual fueron responsables, y aún así los eventos sucedieron según el ordenado, predeterminado, y predestinado plan de Dios. Dios ha decretado un plan grande y eterno para Su creación y ha ordenado cada evento de la historia por medio del cual este propósito se llevará a cabo. Nada, ni aún la Caída del hombre o la muerte del Hijo de Dios sucedieron a parte del decreto soberano de Dios.

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