En nuestras vidas habrán momentos en los que enfrentaremos circunstancias y retos que puedrán parecer imposibles de vencer. Dios permite que estos grandes retos lleguen, pero Él no nos pide que los resolvamos con nuestras propias fuerzas. En vez de eso, Cristo llega a nuestro rescate y pelea y las conquista por nosotros.
Dios nos llama a poner nuestra fe, no en nuestras propias capacidades, sino en Sus habilidades. A continuación les mostramos siete versículos bíblicos que nos ayudará a construir la fe de lo imposible al recordarnos de la fidelidad de Dios.
Santiago 1:2-3
2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
Hebreos 11:1-2
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
Romanos 5:1-2
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Lucas 12:28
Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
Marcos 11:23
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Filipenses 4:12-13
12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Hebreos 10:35-39
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.