¿Vas a predicar por primera vez y no sabes por dónde empezar? No te preocupes. Todos los grandes predicadores comenzaron con temor y temblor.
Predicar no es simplemente hablar en público: es ser portavoz de la Palabra de Dios. Por eso, aquí te comparto 7 pasos bíblicos y prácticos para preparar tu primera prédica con seguridad y unción.
1. Ora antes de todo (Santiago 1:5)
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Antes de abrir tu Biblia o pensar en temas, detente y ora sinceramente. Pídele al Espíritu Santo que te guíe. La predicación no es un ejercicio intelectual, es una obra espiritual.
2. Escoge un pasaje bíblico claro y con propósito
Comienza con un solo texto principal. No trates de abarcar toda la Biblia. Un buen pasaje inicial es Salmo 23, Juan 3:16 o Mateo 5:13-16. Elige algo que toque tu corazón primero, porque no puedes predicar lo que no has vivido.
3. Investiga el contexto del texto (2 Timoteo 2:15)
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Lee el capítulo completo. ¿Quién habla? ¿A quién se dirige? ¿Cuál es el mensaje central? Investigar el contexto evita errores y muestra respeto por la Palabra de Dios.
4. Define un solo mensaje principal
Tu audiencia debe salir con una sola verdad clara en su corazón. No divagues. Pregúntate:
“¿Qué verdad de este pasaje necesita oír la iglesia hoy?”
Por ejemplo, si predicas sobre Juan 3:16, el mensaje principal podría ser:
“Dios ama al mundo y quiere salvarlo.”
5. Escribe una estructura sencilla: introducción, cuerpo, conclusión
Evita improvisar. Usa esta guía básica:
- Introducción: presenta el tema con una pregunta, historia o situación actual.
- Cuerpo: desarrolla tu mensaje en 2 o 3 puntos clave.
- Conclusión: repite la idea principal y llama a la reflexión o decisión.
6. Ilustra con ejemplos reales (Marcos 4:2)
Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:
Jesús usaba parábolas. Tú también puedes usar ejemplos cotidianos, testimonios o metáforas. Las ilustraciones conectan el mensaje con la vida real y hacen que la prédica se recuerde.
7. Predica con humildad, no con miedo (1 Corintios 2:4)
y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
No necesitas ser un orador profesional. Solo sé genuino, claro y lleno del Espíritu Santo. Predica como quien ha sido tocado por Dios y quiere compartir esa verdad.
✅ Conclusión: Tu primera prédica no tiene que ser perfecta, solo tiene que ser fiel
Dios no busca expertos, busca corazones disponibles. Confía en que Él usará tus palabras, aun con nervios y debilidades.
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