La maldición de Jehová está en la casa del impío

En este capítulo 33 del libro de los Proverbios, podemos ver la diferencia entre el hombre impío y el justo. Ciertamente, el hombre imprudente comete faltas y no le importa lo que está frente a él; no respeta las leyes que ya han sido puestas por nuestro Señor.

El título que vemos en este artículo trata de que el malvado siempre estará bajo la mirada de nuestro Dios poderoso, para castigarlo por sus delitos y pecados. Pero la casa del justo será bendecida porque el justo no envidia al hombre impío ni a sus riquezas.

Es mejor actuar con sabiduría para no caer en esta trampa del enemigo, porque este mismo lleva al hombre impío a cometer atrocidades. Por eso, a continuación, vemos en qué se ha convertido la casa del impío.

La maldición de Jehová está en la casa del impío,
Pero bendecirá la morada de los justos.

Proverbios 3:33

No tengamos envidia de la abundancia que vemos en la casa de los impíos, ya que es mal habida. Tú, como hombre de valores y de buena conducta, no debes desear lo que el malo consigue, pues con esto buscas dañar tu corazón.

En este escrito podemos notar lo que dice Salomón. Nos exhorta a que no nos olvidemos de la ley de Dios, ya que cuando pasa esto, el corazón va consiguiendo hacer lo que le plazca, y con esto viene la maldición a la casa del impío.

Hermanos, no nos dejemos seducir por lo que el hombre impío consiga. Sigue la ley del Señor y tu casa será grata delante del Señor, pero el impío será castigado.

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Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos
Tu diestra me sustentó