En este escrito del sabio Salomón, se enumeran varios ejemplos de personas que hicieron cosas malas y que, como consecuencia, sufrieron las repercusiones por causa de sus acciones.
La necedad del hombre lo lleva a caer en el hoyo que él mismo ha creado; su maldad provoca graves perjuicios a personas justas con el fin de destruirlas. Por eso, llega un momento en el que el hombre malvado, por sus acciones, cae en su propia trampa.
En los ejemplos que presenta Salomón, utiliza a la serpiente como un instrumento de destrucción para el hombre malvado. Veamos lo que nos dice el capítulo 10, verso 8 de Eclesiastés:
El que hiciere hoyo caerá en él; y al que aportillare vallado, le morderá la serpiente.
Eclesiastés 10:8
Las acciones del hombre malvado son muy peligrosas y destructivas, pero esto no durará para siempre, ya que Dios es justo y actúa con justicia al defender al justo.
La serpiente mencionada por Salomón en este verso es como un juicio para todo aquel que hace el mal, busca riquezas y obtiene beneficios mediante sus acciones. Es entonces cuando llega su momento y la serpiente lo muerde por el muro que él mismo ha derribado, y así pierde todo y queda en completa vergüenza.
Es importante actuar con sabiduría y, cuando nos encontremos con personas así, es bueno pedir al Señor que nos proteja, para no permitir que nuestras vidas sean arrastradas por la corriente de estos hombres malvados.