Debemos tener siempre en nuestros corazones el deseo de ser bondadosos con los demás, ya que el mismo Señor se agrada de esto, no olvidemos que todo lo que tenemos ha sido por Él y por Su misericordia.
Es importante que en nuestras vidas podamos cumplir con lo que la misma Biblia nos manda, de dar abrigo a aquellos que no tienen, que demos de comer al hambriento, que demos de beber al que tiene sed. Si hacemos esto, pues podremos recibir de nuestro Señor bendiciones en abundancias, ya que todo aquel que le da al pobre, a Dios le presta (Proverbios 19:17).
El proverbista habla de esto porque el tenía pleno conocimiento de lo importante y bueno que es dar y saciar a los necesitados:
El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado.
Proverbios 11:25
Es claro que aquellos que se desprenden en el nombre de Jesús, que actúan con amor a la hora de dar al necesitado, sean prosperados en su momento.
No mires a quién haces el bien, sé generoso con tu prójimo, porque Dios es misericordioso y bendecirá en gran manera al alma generosa, y al que saciare, también será saciado. Dios es quien te bendice por tus buenas obras.