El sembrar para el Espíritu es ser una personaba dedicada a la obra poderosa del Señor, sacrificarse a sí mismo, soportando todo lo difícil que pueda ser el Camino y al hacer esto cosecharás vida eterna.
Pero es claro que debemos actuar firme, porque si sembramos para la carne, de la carne vamos a recibir corrupción; sabemos bien que el que hace eso y no se aleja de esas cosas, no cosechará la vida eterna.
Veamos las palabras del apóstol Pablo sobre aquellos que enseñan la palabra de verdad, la palabra del Señor:
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Gálatas 6:8
Pablo hablaba de hacer el bien, de andar según el Espíritu, de sembrar en la buena obra del Espíritu, pues la recompensa de esto es la vida eterna.
El apóstol habla de aquellos que instruyen a los demás en la buena obra, de manera que manda al que recibe la enseñanza a hacer que el que lo enseña participe de la buena obra poderosa del Señor, y menciona algo muy importante, y es que el Señor no puede ser burlado, porque todo lo que el hombre sembraré, eso cosechará.
Seamos precavidos y actuando conforme al Espíritu de Dios, sembremos en el Espíritu y heredaremos la vida eterna.