Solicitar la ayuda del hombre y confiar solamente en ésta nos traerá duras consecuencias, la ayuda del hombre es inútil cuando sabemos que todos necesitamos la ayuda perfecta de Dios.
Al enfocarnos en la ayuda que puede dar el hombre y olvidarnos de la mejor ayuda que nos puede dar nuestro Dios, recibimos el golpe duro de nuestros enemigos, entonces vamos a Dios y pedimos que nos ayude, y sabemos con certeza que esta es nuestra mejor ayuda y no veremos la vana ayuda del hombre.
El hombre se engrandece a gran escala cuando da una ayuda, pero nuestro Dios va en nuestro socorro porque de Él es el poder y Su ayuda es para siempre.
Veamos unas palabras del salmista David para Dios luego de haber recibido una derrota:
Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres.
Salmos 60:11
El salmista sabía que acudiendo al socorro que viene de parte de Dios, recibiría mucha ayuda y no tan solo eso, sino que de Dios era que le daba la victoria. La ayuda de Dios es perfecta y la gloria es Suya para siempre.
Esta fue una de las experiencias más grandes que pudo tener el salmista David, pues comprendió que la ayuda del hombre no es nada, que la verdadera ayuda que debía recibir era la ayuda de Dios.
Hermanos, no cometamos caigamos en este error, antes de ir donde un hombre a pedir ayuda, acudamos solo a Dios y Él nos ayudará e irá en nuestro socorro.