La misericordia de nuestro Dios es tan grande que, todos los días desde la mañana somos protegidos por ella, recibiendo esa paz que entra por todo nuestro interior como un río de aguas vivas.
Qué bueno cuando recibimos Su misericordia cada mañana, nuestra almas se sienten en plena paz, sin preocupaciones de todo lo que está a nuestro alrededor, porque sentimos la presencia de Dios con nosotros, que cambia nuestros lamentos en gozo y damos gloria a Dios por esta maravilla.
Qué bueno cuando podemos cantar de las maravillas del Señor, decir: «Cuán bueno es habitar bajo Su grande misericordia, poder levantar nuestras manos y cantar de alegría ante el Señor».
Pero de día mandará Jehová su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.
Salmos 42:8
El versículo anterior nos habla de que Su grande y bondadosa misericordia de nuestro Dios que nos arropa.
Al ver esta maravilla de Dios, podemos comprobar que esta es una grande manifestación, el privilegio de recibir su misericordia cada mañana, de poder abrir tus ojos y de poder ver el sol salir y ponerse sobre ti, la misericordia de Dios es real y grande.
«Y de noche su cántico estará conmigo». Estas son las palabras de un hombre sediento, clamando al Señor, pidiendo al Dios de su vida que le dé nuevas fuerzas, porque solo Él podía ayudarle a continuar. Amigo, no puedes olvidar que solo en el Señor podrás lograr tu meta, Él es Él Dios de tu salvación acude a Él hoy mismo.