De Él es mi esperanza

Mi refugio y mi esperanza vienen del Señor, solo en Él mi vida y mi camino siempre estarán seguros. Por eso en Él confío con todo mi corazón, solo Él es mi escudo y me levanta con gran fuerza.

Nuestras vidas cada día deben descansar en los brazos del Creador, confiando en Él a plenitud, es por eso que debemos tener en cuenta que no hay nadie más en el cual podamos depositar nuestra confianza. Dios es quien hace que podamos seguir el camino de bien, hace que podamos cruzar cualquier valle de sombra sin temor alguno, porque en Él hemos puesto nuestra esperanza.

¿Podremos decir al Señor, «eres mi esperanza»? Claro que podremos decir estas palabras con toda seguridad. El capitulo 62 del libro de los salmos 5, nos dice lo siguiente:

Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.

Salmos 62:5

Así como lo podemos pronunciar, también debemos sentirlo con todo el corazón. Creer fielmente que nuestro Dios es nuestra esperanza. Las palabras de este gran hombre de Dios llamado David, éste sabía que toda su vida estaba sujetada al Señor, su esperanza venia solamente de Él.

El versículo que acabamos de ver nos está dando una muestra de cómo le decía a su propia alma que reposara en Dios, porque en Dios, solamente en Dios estaba su esperanza.

Hermanos en Cristo Señor nuestro, asimilemos y entendamos estas palabras, las cuales nos ayudan a continuar adelante sabiendo que tenemos en frente nuestra esperanza, este es nuestro Dios. Así que, el mismo Dios del salmista, este también es nuestro Dios. Deposita todo en Él y sigue confiando con todo tu corazón.

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Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis
Confía en Él; y Él hará