Nuestro refugio solo viene de nuestro Señor, en quien debemos tener plena confianza, buscar al Señor de mañana es lo mejor que podemos hacer, llenar nuestro espíritu de Su presencia.
Alabemos el nombre del Señor Él es nuestro refugio, todos dependemos de las poderosas manos del Señor, refugiémonos en Su presencia y bajo Sus alas, pues de esta manera estaremos más seguros.
Todos Sus santos, demos gracias a Dios porque cuando estamos en tierra seca, cuando vienen fuertes vientos, nuestro Dios siempre está presente para ayudarnos y darnos fuerzas nuevas para que podamos soportar todas las dificultades.
El salmista David dijo unas palabras de honra y alabanzas al Señor, ya que en el lugar donde se encontraba, era un lugar muy delicado, el desierto de Judá. Veamos las palabras que David pronunció al Señor en ese momento:
Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Salmos 63:7
«Porque has sido mi socorro». David sabía que podía acudir solamente a Dios y que estaría seguro bajo Sus alas, pues para el salmista no era nada fácil estar por allá retirado, pero lo importante de este hombre era que no se apartaba de la presencia De Dios.
Es por eso que debemos acudir siempre a Dios, no solo en nuestros mejores momentos, sino que también en los mejores momentos podamos cantar salmos y alabar Su nombre.
El Señor es nuestro refugio. Así que, refúgiate en el Señor, proclama Su nombre, y todo en ti será de gozo, serás diferente en tu camino.