Hermanos en Cristo Jesús, El Señor es nuestro Dios único y verdadero, mostrado por Jesús a cada uno de nosotros, no dudemos de que Dios es real y eterno.
Jesús vino al mundo para mostrarnos que no hay otro Dios como Él, que Su existencia es agradable ante nuestro ojos. La misma naturaleza habla de la grandeza y la plenitud de nuestro Dios.
Permanezcamos en el Señor, no nos acerquemos a ídolos que en realidad nada hacen, en El Señor está el verdadero poder, los ídolos solo son engaños de hombres y con esto manipulan y vuelven títeres a todos los que creen y les siguen.
En la primera epístola Juan, encontramos un llamado a que permanezcamos en el Señor y no creamos en estas cosas dichas por hombres carnales y que tienen un dios hecho en madera el cual no hace no nada:
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
1 Juan 5:20
Vemos estas palabras que nos recuerdan y nos reafirman que el Hijo de Dios vino a este mundo y nos dio a entender que Él es real, es el verdadero Dios, no como otros que dicen ser dioses o dicen ser el mesías cuando no lo son. Continúa diciendo «y estamos en el verdadero». ¿Estás tú en el verdadero? No hay necesidad de adorar pinturas, maderos o piedras, tenemos al Verdadero con nosotros.
Finaliza el versículo diciendo «Este es el verdadero Dios, y la vida eterna». ¿Creerás a otros dioses inventados por hombres? En ninguna manera. Nuestro Dios es el verdadero Dios, y Él es la vida eterna. Confiemos y arraiguémonos en esta gran verdad.