Prosigo a la meta

Nuestra meta es llegar a la morada que Dios ha parado para nosotros, poder caminar en esta tierra de la manera correcta para que en el gran día del juicio final podamos ser invitados a formar parte de esa Tierra Celestial.

Prosigamos la meta, aunque el camino sea difícil, lleno de turbulencia, fijemos nuestras mirada en Aquel que nos ha hecho promesas interminables. Dios es grande y soberano, Su poder es magnífico, sus obras y promesas son perfectas.

Si confiamos y nos agarramos de Cristo Jesús, podremos llegar a esa gran meta, pues él nos ayudará a avanzar en su nombre.

Creamos a Aquel que está en nuestro frente, Aquel cuyo nombre es sobre todo nombre, magnífico y sublime, no nos detengamos, prosigamos esa meta, porque aunque el camino sea largo, con nuestro Dios podremos levantar bandera en las alturas.

prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Filipenses 3:14

El capítulo tres de la carta del apóstol Pablo a los filipenses es una motivación para que pongamos nuestra mirada en esa meta de estar con nuestro Señor Jesucristo en la eternidad de las eternidades. En el versículo 13 manda a olvidarse de lo que está atrás y a mirar lo que tenemos por delante, que es esa meta de la cual se habla en el versículo 14.

Nosotros debemos también tomar estas palabras y mirar a la meta, de la cual estamos más cerca cada día. Olvidemos el pasado, pidamos perdón a Dios y pidamos ayuda para andar sabiamente delante de Él para que podamos estar con Él por la eternidad.

Así que, te dejaremos con estas palabras finales, con el versículo que vimos anteriormente dicho de otra manera: Prosigue a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

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Meditad sobre vuestros caminos
Un día darás cuentas a Dios