Hay momentos en los cuales precisamos de hacer silencio, esto es de entendidos, es honra para todos los que de espíritu son prudentes. Esta es la persona sabia, por eso es bueno que cada día podamos ser entendidos y pidamos sabiduría al Señor y que podamos sentir cuando llegue el momento de callar.
¿Qué pues diremos del hombre necio? Sus actos lo delatan, no es entendido, habla solo por darse a notar, se hace sabio en sus propios pensamientos y palabras y por sus actos caen de sus mismos pies.
Es bueno notar la grande sabiduría que este hombre tenía, él solo ponía su mirada y su corazón en las manos de Dios. El libro de proverbios nos da una clara enseñaba acerca del momento en que podemos callar, del momento en que debemos actuar:
27 El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido.
28 Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.
Proverbios 17:27-28
Aquí podemos aprender de la importancia de saber cuándo callar. Hay veces que el silencio es mejor que una respuesta sin fundamento, y esto nos hace sabios, pues, hay personas que pretendiendo saber de algo responden pero al final quedan como tontos porque los que saben de verdad del tema se dan cuenta que la persona solo responde para parecer inteligente cuando no lo es.
Los versículos anteriores nos dicen que aún los necios al callar son tomados como sabios. Es por eso que debemos tener cuidado con nuestra forma de actuar, porque nos podemos confundir cuando hacemos las cosas, cuando nos apartamos de la humildad y comenzamos a creernos que somos más sabios que todos los sabios.
Recordemos que por encima de todos está Dios. A Él es que debemos pedirle que nos guíe a toda justicia y toda verdad, que se lleve toda confusión, y aumente nuestras sabiduría.