Cristo murió por nosotros en la cruz del calvario, venciendo a la carne en la misma carne, destruyendo las obras del enemigo, nos dio redención, salvación y nos amó con un amor que ni siquiera podemos calcular. En cambio, ¿qué han hecho por nuestro bien las obras de la carne?
El apóstol Pablo dijo a los Romanos:
12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Romanos 8:12-14
De manera que, somos deudores, como dice el apóstol, y deudores por la obra de Cristo en la cruz quien entregó su preciosa sangre por nosotros. No somos deudores de nuestra pasada manera de vivir, la cual no nos sumó nada bueno, sino que a través de esa vida estamos muertos en nuestros delitos y pecados.
En cambio Cristo, nos redimió con su sangre y nos hizo nuevas criaturas, y una evidencia de esa salvación será que ya no revivamos las obras de la carne, las cuales traen muerte, en cambio, las obras del Espíritu son vida en Cristo Jesús y si somos guiados por las obras del Espíritu entonces somos verdaderos hijos de Dios.