A veces solemos tener una idea equivocada de qué es vivir en el Espíritu realmente. Pensamos que vivir en el Espíritu es volar por los aires, dividir las aguas, hacer descender fuego del cielo, y hacer un grupo de milagros. Y ser espiritual no es eso, es algo mucho más profundo, tal como entregar nuestros propios deseos a ser crucificados.
El apóstol Pablo escribió:
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Gálatas 5:24-26
Andar en el Espíritu es amar a nuestro prójimo, amar a Dios sobre todo, renunciar a nuestros propios deseos por un plan mucho mayor que el de nosotros. Andar en el espíritu es echar en el fuego todos esos deseos inapropiados que tenemos y vivir solamente para Dios y Su gracia.
¿Crees que todavía tienes algunos de esos deseos aún siendo cristiano? Entrégalos a ser crucificados, pídele a Dios que te ayude a serle fiel, pues, recuerda que aunque seamos cristianos mantenemos una lucha entre la carne y el Espíritu y a veces hay deseos que nos quieren dominar, pero si tenemos nuestra confianza puesta en Dios somos más que vencedores.