En Tu nombre alzaré mis manos

A Dios alzaré mis manos, no importa en el estado en que me encuentre, alabaré a Dios porque Él es mi salvador, Él es quien cuida de mí todos los días.

Aunque mi espíritu este afligido, aunque ya no tenga fuerzas, con todo bendeciré y alabaré Tu nombre. Tú oh Dios, me sostienes y me ayudas a caminar en lugares delicados. Tu poder me sostiene y me hace más fuerte cada día.

Tu misericordia me sostiene, por eso me labios y mi corazón pronunciarán lo maravilloso que eres Tó Oh Señor.

3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.

4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.

Salmos 63:3-4

Ante todas las cosas, Su misericordia es lo mejor que nos ha podido pasar, Su misericordia es mejor que la vida, como vimos en los versos anteriores. Por eso alzaré mis manos y alabaré al Dios todopoderoso, Su bondad y Su amor me han alcanzado cada día de mi vida.

Aunque mi espíritu este indispuesto, aunque esté en extrema aflicción, aunque ande valle de sombra de muerte, con todo levantaré mis manos y daré gloria y alabanzas por Tu gran poder.

No habrá desierto, ni la falta de lluvia en el desierto me hará falta, porque Tú oh Dios eres mi sustento, ¿O acaso no fue el pueblo de Israel que vio tu mano obrar en el desierto o pudo contemplar Tu poder a través de las provisiones que les diste cuando estaban desesperados? ¿Acaso no fuiste Tú?

Por esa razón, sin importar cómo nos encontremos, levantemos nuestras manos, alabemos Su Santo Nombre, exaltemos Su glorioso Nombre para siempre, Él es nuestro Dios poderoso que nos ayuda cada día. Rindámonos delante de Él, Dios es nuestro sustento y a Él alabaremos para siempre.

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¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
La obra del Espíritu Santo