Muchas cosas nos pueden separar de la búsqueda constante de Dios; el trabajo, el entretenimiento, los círculos sociales, etc. Todo lo mencionado nos aparta de estar a solas con Dios, y lo cierto es, que dadas las circunstancias que estamos viviendo hoy, un lado positivo que le podemos ver a esto es, que lo podemos usar como una oportunidad para hacer con mayor frecuencia las cosas espirituales que no podíamos realizar en su esplendor.
A veces pensamos mucho en las cosas que hacíamos cuando el Señor nos trajo a su redil, ah esos primeros años, cuando pasábamos mucho tiempo orando y leyendo las Escrituras, y vemos que simplemente ya no tenemos tanto tiempo como antes para hacer esas cosas de manera extensa, pero lo cierto es que Dios nos regala momentos que debemos aprovechar para fortalecer nuestra espiritualidad en el Señor.