Martín Lurero, ¿debe un cristiano huir de un virus?

Actualmente estamos experimentando una época que marcará la historia de la humanidad sin duda alguna, pues las cosas van muy fuertes para algunos países que están experimentando la cruda realidad de un virus que está destruyendo vidas y esto hace que en este 2020 el mundo siga de luto.

Ya hay muchos países en cuarentena, países que han tomado medidas drásticas en lo que respecta al transporte aéreo y marítimo, y debemos orar los unos por los otros en momentos como estos y ayudar en lo que sea necesario como seguidores de Jesucristo que somos. Es un momento más que obvio para demostrar el amor fraternal y para demostrar que somos creyentes sabios.

Hoy tenemos muchos cristianos en las redes sociales diciendo que un verdadero hijo de Dios no debe protegerse de la nueva pandemia ya mencionada, y honestamente este pensamiento es preocupante, ya que demuestra desconocimiento de las cosas, poca prudencia, lo cual lleva a falta de amor por sí mismo y por el prójimo.

Martín Lutero, el hombre de la reforma protestante, un verdadero hombre de Dios, escribió consejos sabios en tiempos de la peste negra. Antes de Lutero nacer, entre 1347 y 1353, esta fue considerada la mayor pandemia que ha experimentado la historia de la humanidad, y se estima que sólo en europa eliminó a la tercera parte de la población, unas 25 millones de personas aproximadamente.

Pero en el tiempo de Lutero,  casi 200 años después,  el pueblo del reformador (Wittenberg) vio resurgir la peste que  casi acaba con Europa. Y es bueno que nosotros como cristianos sepamos sobre esto, puesto que en ese tiempo, también hubo muchos cristianos que tenían distintas posiciones sobre los cristianos frente a un hecho como este. Algunos decían que un cristiano no debe de huir de las epidemias y otros decían que debíamos ser sabios y acatarnos a las medidas de salud tomadas por los gobiernos. Hoy, 2020, se discute lo mismo.

Dada la intensidad del momento, por las respuestas de ambos grupos, Lutero, como líder del momento y hombre de Dios tuvo que responder a través de carta la cuestión.

Lutero decía que aquellos que tenían responsabilidades cívicas debían mantenerse en la brecha, brindando cuidado a los enfermos y que aquellos quienes servían en el ministerio debían enfrentarse ante el peligro de la muerte si fuese posible, ya que los enfermos necesitan a alguien quien les consuele ante dicho mal. También dejó claro que los médicos debían brindar apoyo a los enfermos, que es una obra muy beneficiosa en tiempos como estos, y es el pensamiento correcto de un verdadero creyente, que aunque seamos espirituales podamos entender que Dios les ha dado conocimiento a los doctores.

¿Lutero de alguna manera estaba exponiendo al peligro a los creyentes y lectores? Pues no, Lutero decía: “Todos nosotros tenemos la responsabilidad de protegernos de este veneno lo mejor que podamos, porque Dios nos ha mandado a cuidar de nuestro cuerpo». Tengamos en claro que Lutero defendió las medidas de salud dadas por el gobierno, tales como cuarentena y la búsqueda de atención médica.

¿Qué hacemos hoy con hermanos que no se acatan a las medidas de salud, tildando de flojos a quienes las cumplen? Lo que resta en casos como estos es que los líderes de cada iglesia exhorten con paciencia y sabiduría en sus congregaciones para que este pensamiento no sea motivo de multiplicación de la plaga.

Para finalizar, les comparto algunas palabras de Martín Lutero:

“Le pediré a Dios misericordiosamente que nos proteja. Luego fumigaré, ayudaré a purificar el aire, administraré la medicina y la tomaré. Evitaré lugares y personas donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme y, por lo tanto, infligir y contaminar a otros y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios quisiera llevarme, seguramente me encontrará y he hecho lo que esperaba de mí, por lo que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de los demás. Sin embargo, si mi vecino me necesita, no evitaré el lugar o la persona, iré libremente como se indicó anteriormente. Mira, esta es una fe tan temerosa de Dios porque no es descarada ni imprudente y no tienta a Dios ”.

Las obras de Lutero; Vol. 43, pág. 132

Que el Señor Jesucristo nos de paz y sanidad en tiempos como estos. Amén.

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El refugio del justo viene del Señor de los ejércitos
Una bendición eterna y que viene de lo alto