El gozo que da nuestro Señor es el que nos enriquece, nos da tranquilidad en medio de la tormenta.
Este gozo perdura y no se acaba, por eso debemos estar en el camino del Señor para poder disfrutar de este gozo que nos brinda el Señor.
La misma biblia nos habla sobre el gozo de nuestro Señor, este gozo se convierte en nuestra fortaleza, porque es esperanza a nosotros y esto es lo que nos ayuda a seguir en el camino de Dios.
6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Salmos 51:6-12
Gocémonos y alegrémonos en el Señor todos los días, no estemos tristes por nada, porque nuestro Señor está a nuestro lado y nos sustenta cada día.
En los versículos anteriores nos encontramos con una súplica del salmista David hacia Dios. Sabemos que David pecó contra Dios en varias ocasiones, pero a pesar de eso era un hombre temeroso y con un corazón humilde, que reconocía su falta delante de Dios.
El salmista en este salmo nos explica que estaba pidiendo a Dios por su vida, que borrara su pecado y le purificara y lo limpiara, esto el lo hacía porque sabía que en el Señor podría estar más que seguro.
Dios lo perdonó, levantó y renovó su vida al ver su corazón, pero más adelante el capítulo 51 del verso 12 David dice otras palabras: «Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente». Cuando nos humillamos ante Dios como David recibiremos ese gozo que necesitamos del Señor.
Seamos sabios y gocémonos en nuestro Dios, para cuando vengan esos momentos que nos quieren desviar de su presencia podamos resistir y seguir en el Señor.