¿Habéis ayunado para mí?

Muy buena pregunta la que hace el profeta Zacarías al pueblo de su época. Sin embargo, no debemos pasar por alto que este es un llamado a todos los pueblos del mundo: si vamos a hacer un sacrificio para el Señor, debe ser con un corazón sincero y con una adoración genuina delante de Dios.

En este pasaje, los sacerdotes tenían el compromiso de guiar al pueblo por el camino correcto, dando buenas instrucciones para que el pueblo estuviera sometido y cumpliendo con los estatutos del Señor. Por eso vemos esta pregunta, porque el profeta observaba que el pueblo no era sincero en los sacrificios que ofrecía al Señor.

El Señor les habla con claridad acerca de ese ayuno que habían realizado, y que no era sincero ni de corazón. Es decir, que todo ese tiempo en que ofrecieron ese sacrificio no fue agradable para Dios.

Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?

Zacarías 7:5

Y si hoy nos hicieran esa misma pregunta acerca de nuestro compromiso con Dios —si hemos actuado en obediencia, con buena conducta y ofreciendo un sacrificio pleno y sincero—, ¿qué responderíamos?

Es importante entender que si estamos haciendo sacrificios para el Señor, deben ser sinceros y salir verdaderamente del corazón. No debemos ser como aquel pueblo que alababa a Dios con los labios, pero cuyo corazón estaba lejos de Él.

Todo lo que hagas —ya sean ayunos u otros sacrificios— hazlo bien, mostrando obediencia y buena voluntad delante del Señor. Entonces, Dios se agradará de tu buena conducta.

...
No temas
Cercano está de mí el que me salva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *