El libro de Isaías contiene un capítulo que inspira confianza al siervo de Dios, dejándole claro que el Señor está cerca de Sus siervos, y que aunque muchos quieran contender contra ellos o incluso luchar, nuestro Dios vendrá en nuestra salvación.
Este capítulo hace un paralelo con la persona de Jesús, aludiendo a las acusaciones que le hacían cuando predicaba o corregía lo que estaba mal. Quienes se consideraban supuestos príncipes de la ley murmuraban contra Él.
Así como el Padre estuvo con cada uno de Sus siervos en diferentes épocas, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, también nuestro Señor fue fortalecido en sus momentos más difíciles. Esto fue motivo de gozo, porque de esa manera nos enseñó que nuestro Salvador está cerca de nosotros.
Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.
Isaías 50:8
¿Dónde estaríamos si nuestro Salvador no estuviera cerca de nosotros día tras día? Nuestro escudo y defensa vienen del Señor. Él ayuda a Sus siervos a perseverar, a ser fieles y a creer que su Salvador está cercano a ellos.
¿Acaso te sientes inseguro porque te has alejado del Señor? Entonces acércate a Él y búscale, porque Él es tu única esperanza. Solo Él puede salvarte de quienes te avergüenzan y oprimen. Confía, y Dios abrirá camino delante de ti.