En el libro de Amós 5:23, Dios le habla a Su pueblo, Israel, rechazando sus rituales religiosos y exigiendo justicia y rectitud en lugar de ellos. El Señor claramente no se agradaba de esas prácticas que el pueblo ofrecía delante de Él.
El Señor dice: “Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos” (Amós 5:23). Esto se debe a que el pueblo estaba llevando a cabo actos que eran malos ante los ojos del Señor. Por eso vemos las palabras que Dios envía a través del profeta Amós.
En lugar de religiosidad vacía y cultos motivados por malas intenciones y llenos de injusticia, Dios les llama en este capítulo a practicar la justicia, para que fluya como un río, y la rectitud como un arroyo inagotable.
Debemos tener en cuenta que nuestra rectitud es importante delante de nuestro Dios. Esto es lo que Él siempre nos exige: un arrepentimiento sincero de corazón, de modo que nuestra justicia fluya como el agua, y nuestra rectitud como un río delante del Señor.
Es importante recordar que, por más que practiquemos actos religiosos, toquemos instrumentos o alabemos con entusiasmo, todo eso no será suficiente ni aceptado si no hay justicia y rectitud en nuestras vidas. Dios rechaza lo que no está alineado con Su justicia.
Arrepintámonos de corazón, busquemos la justicia, y ofrezcamos un servicio a Dios con calidad y rectitud. De lo contrario, como le dijo a Su pueblo Israel, Dios no escuchará nuestra alabanza si no dejamos nuestras malas prácticas.