Como seres humanos que servimos a nuestro Dios cada día y nos enfrentamos a diversas situaciones que nos debilitan, no es extraño que en ocasiones nos sintamos decaídos y afligidos. Es por eso que, como hijos de Dios, debemos estar seguros de que Él nos ayudará.
¿Acaso estás afligido? Dios en ningún momento se ha olvidado de ti. Más bien, te ve desde los cielos y abre caminos para que puedas continuar y seguir esforzándote cada día. Dios guarda la entrada y la salida del justo, porque Su misericordia alcanza al hombre necesitado.
En el Salmo 9, verso 18, el salmista David nos habla de que el hombre menesteroso no es olvidado por Dios. En contraste, aquellos que son enemigos del Señor serán castigados, ya que atacan al justo, ese que espera en la justicia divina del Señor:
Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.
Salmos 9:18
La esperanza de los pobres está claramente puesta en las manos del Señor. Esto nos enseña el salmista a través de este capítulo. Muchos sufren por los ataques de los perversos, de aquellos que son enemigos de Dios y que piensan o dicen: «Dios no está mirando lo que hacemos». Pero no es así, porque Dios siempre viene en defensa de Sus hijos.
¿Alguna vez te has sentido afligido? Es importante que, aunque sientas que Dios se ha olvidado de ti en medio de las pruebas, no desmayes, porque Él vendrá y te ayudará. Recuerda lo que dice el salmista en este capítulo: la esperanza de los pobres está firme, y ellos no serán olvidados. Dios te bendiga.