En el capítulo 1, verso 16 de la carta a Tito, vemos la mención que el apóstol Pablo hace respecto a la misión que se le ha encomendado por medio de la palabra del Señor. Por eso, desde el inicio del capítulo, Pablo deja clara la misión y el deber que debía seguir Tito, un hombre firme en la fe del Señor.
En esta carta, podemos ver la recomendación del apóstol Pablo a Tito: instruir y seleccionar a obispos y ancianos que sean íntegros en la palabra del Señor, que lleven una vida limpia y se sometan a la misión de caminar bajo la dirección divina.
No podemos hacernos de la vista gorda ante estas situaciones que tanto preocupaban a Pablo. Por ello, le sugiere a Tito ciertos requisitos. Muchos decían conocer al Señor, pero con sus hechos lo negaban. ¿Acaso hoy en día no sucede lo mismo con algunas personas entre nosotros?
Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.
Tito 1:16
Sin duda, en nuestras congregaciones también pueden existir personas así: personas que dicen conocer a Dios, pero cuya manera de actuar y mala conducta contradicen por completo su confesión.
Nosotros, por el contrario, debemos actuar y vivir de manera diferente. No solo profesemos a Dios con nuestra boca, sino también con el corazón, mostrando una buena conducta delante de Él. Que nuestros hechos hablen por sí solos ante nuestro Dios poderoso y ante los demás seres humanos.
Seamos diferentes en nuestra conducta y acciones. Que nuestras vidas reflejen fidelidad al Señor, y que cada día podamos dar a conocer la gran misión que se nos ha encomendado.