Él guarda los pies de sus santos

En el tiempo de la oración de Ana, Israel no tenía un rey mortal, tenía al Rey de reyes y Señor de señores, pero el pueblo quería tener un rey de carne y hueso como las demás naciones que lo rodeaba. La oración de Ana es un agradecimiento al Señor, porque sabía que pronto la justicia de Dios llegaría y que, con Su poder, humillaría a aquellos que actuaban según sus propias fuerzas.

En el libro de 1 Samuel, Ana deja en claro que Dios guarda los pies de Sus santos, pero los impíos serán humillados y perecerán en tinieblas.

Veamos más adelante las palabras de una mujer que confiaba plenamente en el poder del Señor, sabiendo que, sin importar lo que los hombres hicieran, Dios traería juicio por el comportamiento de ellos.

Él guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.

1 Samuel 2:9

Aunque se menciona al hombre que actúa con sus propias fuerzas, este no deja de lado su mente maliciosa, su mala actitud y su corazón desviado. Por eso, Ana indica que Dios exaltará al débil, porque Él está en control de sus vidas.

Hermanos en Cristo, debemos creer que Dios usa Su poder para arreglar las cosas, pero no basta con solo creer que Él tiene poder, más bien, debemos confiar en que lo usará para Su gloria y justicia.

No dudemos del poder de nuestro Dios, que humilla a los altivos delante de Él y exalta al justo y al santo. Este es nuestro Dios: confiemos en que Él nos levantará en nuestros momentos de debilidad.

...
Llamarán y Él no responderá, por no haber escogido Su temor
¿Crees que Dios se va a quedar de brazos cruzados? ¡Estás equivocado!

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