En el capítulo 6, verso 3, del libro de Oseas, notamos que el pueblo de Israel estaba siendo convocado al arrepentimiento delante del Señor. Por esta razón, Oseas los dirige a conocer al Señor como el amanecer.
En ese contexto, el pueblo debía empezar de nuevo, y para ello tenía que presentarse ante el Señor y recibirlo como un nuevo amanecer. Así como el sol surge en un extremo de la tierra y se extiende hasta el otro, trayendo consigo una luz hermosa y suave, de la misma manera el pueblo debía abrirse a la presencia de Dios.
Por ello se utiliza esta expresión. Era urgente que se entregaran al Señor. Veamos más adelante las palabras de Oseas:
Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.
Oseas 6:3
La falta de conocimiento fue uno de los factores que llevaron al pueblo a enfrentar diversas dificultades, pues se aferraban a cosas ajenas al conocimiento del Señor. Sin embargo, debían buscar a Dios de todo corazón para que su situación cambiara y pudieran conocerlo verdaderamente, tal como señala este pasaje.
Y conoceremos a Dios, como el alba está dispuesta, como la lluvia temprana y tardía; de esta manera llegará Dios a la vida de ellos. El hombre debe someterse siempre a los estatutos del Señor y no apartarse de ellos para actuar por su propia cuenta. De lo contrario, estará expuesto al castigo y a la destrucción por parte de Dios.