En el Salmo 18:19, el salmista David se sentía muy angustiado porque estaba siendo perseguido por sus enemigos. Es importante recordar que Dios libró a David y lo sacó de sus angustias porque el salmista agradó al Señor.
En este cántico, podemos notar que fue dirigido por David hacia Dios, ya que Él lo había librado de las manos de sus enemigos. Por eso vemos el agradecimiento del salmista. David sentía que se estaba ahogando en medio de un lago, pero el Señor vino en su auxilio.
Pero, ¿qué podemos decir ante todas estas cosas? Es una gran bendición poder adorar a Dios y clamar a Él aun en medio de nuestras tribulaciones. Resistir y perseverar fue lo que hizo el salmista hasta que llegó su ayuda, la cual vino de Dios.
Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
Salmos 18:19
Aunque sus enemigos eran muchos y lo acorralaban, él nunca dejó de confiar en el Señor. Podemos decir claramente que el salmista sintió debilidad en diversas ocasiones, su ánimo ya no era el mismo, pero es importante recordar que cuando las cosas están difíciles, Dios siempre está dispuesto a ayudarnos.
Dios ayudó al salmista, le dio paz, lo puso en un lugar alto y le concedió la victoria sobre sus enemigos. Así que, hermanos, esta es nuestra confianza: permanecer en Dios y confiar en Él. Nos librará, y cantaremos a nuestro Dios cánticos de alabanza.