Cuando me siente en tinieblas, el Señor será mi luz

Aunque el camino que recorramos esté rodeado de tinieblas, no temamos en ningún momento, pues el Señor será nuestra luz. Más bien, confiemos en Aquel que hace que nuestras vidas estén seguras. Como pecadores, Dios también nos da la oportunidad de arrepentirnos, así como lo hizo con Su pueblo.

El artículo anterior (El corazón engañoso y perverso) vimos la misericordia de Dios manifestada a Su pueblo, ya que este había pecado y confiado en los hombres en lugar de confiar en Aquel que podía ayudarlos en todo momento. Por eso, presentamos a nuestro Dios como el único que puede darnos descanso y encender una luz en medio de la oscuridad.

Esto es precisamente lo que nos dice el capítulo 7 del libro de Miqueas:

Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz.

Miqueas 7:8

Hay momentos en los que nos desesperamos hasta el punto de confiar más en el hombre que en nuestro Dios. Es entonces cuando caemos en la trampa del enemigo y, en lugar de tener paz, sufrimos ataques por depender de la ayuda humana.

Es hora de confiar más en Dios. Aunque sientas que estás en tinieblas, tu vida no correrá peligro, porque Dios será tu luz. En este capítulo podemos ver la promesa que Dios hizo a Su pueblo. No debemos confiar en nadie más, sino en nuestro Dios, que hace lo imposible posible.

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Reprendiendo las obras de las tinieblas
El corazón engañoso y perverso

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