Cayeron, y no hubo quien los ayudase

Muchos del pueblo de Israel, por no obedecer los mandatos del Señor, caían derrotados delante de sus enemigos, quienes los sometían como esclavos. Todo esto sucedía porque eran rebeldes y sus corazones se apartaban del Señor.

Aunque Dios los había sacado de la esclavitud y de aquellos trabajos forzosos, ellos despreciaron el consejo del Dios Todopoderoso, quien los había liberado de las tinieblas para llevarlos a un lugar mejor.

En el capítulo 107 del libro de los Salmos, el salmista entendía que algunos fueron encarcelados con cadenas de hierro por su gran rebeldía, porque no escucharon el mensaje del Señor que podía salvarlos de sus enemigos.

11 Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo.

12 Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; Cayeron, y no hubo quien los ayudase.

13 Luego que clamaron a Jehová en su angustia, Los libró de sus aflicciones;

Salmos 107:11-13

Cuando nos hacemos sordos y nos volvemos rebeldes, al no escuchar el consejo de nuestro Dios, enfrentamos calamidades y somos castigados, porque ignoramos Su voz.

Después de haber pecado contra el Señor, el pueblo clamó a Él para que los ayudara, porque la angustia que sentían era muy grande. Fue entonces cuando Dios los liberó de sus aflicciones.

Queridos hermanos, no nos desviemos del camino del Señor. Escuchemos el consejo de Aquel que lo sabe todo, de Aquel que nos advierte antes de que venga el mal. Si escuchamos a nuestro Dios, evitaremos sufrir lo que este pueblo vivió por desobedecer al Señor.

...
Nuestra ayuda y nuestro escudo es Él
El que da al pobre no tendrá pobreza

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *