El Salmo 106 comienza de la misma manera que terminó el 105, con alabanza y glorificación al Señor por Su gran bondad y misericordia, diciendo ¡aleluya! por los muchos dones y obras poderosas que Dios ha hecho con Su pueblo.
Este salmo alaba la gran misericordia de Dios para con un pueblo rebelde e ingrato, como lo fue el pueblo de Israel en muchas ocasiones. Hay un sentido de súplica en esta frase, se puede decir que es como si el salmista estuviera desesperado por obtener una mayor gratitud de sí mismo y del pueblo del Señor.
Claramente podemos ver que el salmista, a pesar de los errores del pueblo, pide misericordia a Dios por Israel y le dice ¡aleluya! alaben la misericordia de Dios.
Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.
Salmos 106:1
El capítulo 105 también muestra la exaltación hacia Dios por Sus maravillosas obras sobre Su pueblo, porque Sus misericordias rodean a Su pueblo y lo libra de todo opresor.
Y es evidente que cuando estaban en Egipto pecaron contra Dios, y frente al Mar Rojo, no se acordaron de la multitud de Sus misericordias, pero aun así Dios los perdonó y siguió librándolos de sus enemigos.
Así que, hay mucho por lo cual agradecer al Señor. ¡Aleluya! Él nos ayuda y nos abre camino para seguir adelante. Nuestro Dios es poderoso y Su bondad y misericordia son grandes, Su amor es sobre todas las cosas.