En el capítulo 5, verso 2 de Segunda de Corintios, podemos ver la expresión de Pablo cuando dice: «Por esto también gemimos.» Aquí, él habla de que, como cristianos, no debemos acomodarnos a esta tierra y a este cuerpo; más bien, debemos desear el cielo y anhelar ser revestidos de nuestras habitaciones celestiales.
Es importante que todo cristiano no se acomode a hacer tesoros en la tierra, como muchos lo han hecho, llegando al punto de no desear el cielo o el ser revestidos de aquella habitación celestial que menciona el apóstol.
Hermanos, no nos acomodemos demasiado, porque al hacerlo nos olvidamos de que todo lo que está a nuestro alrededor pasará. Y es por eso que vemos el clamor de Pablo:
Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
2 Corintios 5:2
No podemos decir que todos los cristianos se han dormido en sus laureles, ya que muchos están pidiendo el cielo, tal como nos dice el apóstol. Este llamado y estas palabras nos invitan a orar y pedir ser revestidos de nuestra habitación celestial.
No es que busquemos nuestras aflicciones con esto, pero no es bueno que ignores este mensaje. ¿Acaso te sientes demasiado cómodo y por esta razón has perdido el enfoque de desear el cielo? Despierta, que nuestra habitación celestial espera por ti.