En el capítulo 57 del profeta Isaías, habla del juicio de Dios para aquellos que se han corrompido y han puesto su confianza en los ídolos. Por eso, el verso 21 dice claramente que no hay paz para los impíos porque sus corazones están lejos del Señor, y aunque tengan la misericordia del Señor delante de ellos, no la reciben.
En esta escritura, el profeta deja claro lo que el Señor le ha encomendado hacer y habla acerca del hombre que descansa en la paz que proviene del Señor, porque son obedientes y saben que no hay otro Dios en el cual puedan confiar plenamente.
A continuación, en el verso 21, podemos ver las palabras pronunciadas por Dios hacia los impíos que no respetaban Sus estatutos.
No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.
Isaías 57:21
Dios condena a aquellos que están dentro del pueblo de Israel porque se han desviado de los mandatos del Señor, poniendo su mirada en cosas vanas que nada pueden hacer por ellos. Es por eso que el Alto y Sublime Dios se dirige a ellos de esta forma.
Es bienaventurado aquel que escucha la voz del Señor a través de un profeta y le obedece, aceptando Su misericordia como lo hace el justo. En contraste, el impío, aunque la misericordia esté frente a él, no la podrá aceptar porque está ciego, enfocado en sus riquezas y adorando a sus dioses.
Recuerden bien, esto es como decir hoy ante todos los que se postran ante los ídolos y cometen diversas atrocidades: el Señor les pagará. Sin embargo, sabemos que entre ellos existen personas justas que siguen al Señor y aún padecen dificultades y angustias. Estos sí reciben la paz del Señor.