Icono del sitio Restablecidos

Jesús, la puerta

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

Jesús, hablando en el capítulo 10 del libro de Juan, en el verso 9, nos muestra un ejemplo de aquellos que entran como salteadores y ladrones, pues no ingresan por la puerta principal, sino que entran por la parte trasera sin avisar.

Jesús utiliza el ejemplo del redil de las ovejas para ilustrar esto, dejando claro que las ovejas solo obedecen a su pastor, quien entra por la puerta principal, les habla y ellas reconocen su voz. Esto nos indica claramente que los ladrones y malhechores entran a saquear sin avisar.

Jesús es la puerta, y al entrar por ella, seremos salvos y encontraremos lugar en Su reino:

-->

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Juan 10:9

Jesús es el buen pastor que da lo mejor a Sus ovejas. Habla a Sus ovejas, estas escuchan Su voz y le reconocen. Son obedientes y entran al redil cuando le escuchan.

El Señor nos envía un mensaje claro a través de este capítulo para que entendamos y seamos sabios y obedientes. Si Él está haciendo el llamado y nos dice que Él es la puerta y que solo a través de Él seremos salvos, entonces debemos ser obedientes y entrar.

Nuestro buen pastor te llama, amigo. Sé obediente y escucha cuando dice: «Ven al redil y yo te salvaré de tus angustias, de tus dificultades, y te cuidaré cuando el mal te aceche. Yo soy la puerta.»

Este pasaje del evangelio de Juan tiene un significado profundo que trasciende la simple metáfora. Jesús no solo se identifica como la puerta, sino también como el único camino legítimo hacia la salvación. En el mundo espiritual, hay muchos que pretenden ofrecer caminos alternativos hacia la paz, la felicidad o la vida eterna, pero Jesús deja claro que solo por Él podemos acceder al verdadero redil. Todo aquel que intenta entrar de otra forma es un salteador, alguien que busca beneficio propio y no el bien de las ovejas.

Las palabras del Señor también nos invitan a reflexionar sobre el discernimiento espiritual. Hoy día, hay voces que intentan imitar la voz del pastor, ofreciendo soluciones rápidas o doctrinas distorsionadas. Sin embargo, las ovejas del buen pastor reconocen Su voz, porque es una voz llena de amor, de verdad y de autoridad. Por eso es importante conocer Su palabra, leer las Escrituras y mantener una relación cercana con Él para no ser engañados.

Jesús, al declararse la puerta, nos enseña que no hay múltiples entradas al reino de los cielos. No hay atajos, ni caminos secundarios. Su sacrificio en la cruz abrió esa puerta de manera definitiva. Cuando Él dice: «El que por mí entrare será salvo», está afirmando que la salvación es un regalo de gracia, no un mérito humano. Entrar por la puerta implica fe, arrepentimiento y una entrega total al amor de Cristo.

El redil simboliza el refugio seguro, el lugar donde las ovejas descansan sin temor, protegidas por su pastor. En este sentido, el cristiano que entra por la puerta de Cristo encuentra paz, protección y provisión. Allí no hay confusión, ni desesperanza, porque el Señor provee pastos verdes y aguas de reposo para todos los que confían en Él.

Por eso, cada creyente debe preguntarse: ¿Estoy escuchando la voz del pastor? ¿He entrado por la puerta correcta o sigo buscando mi propio camino? Jesús no fuerza a nadie, pero Su llamado es constante. Él dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Esa voz sigue sonando hoy, llamando con ternura a todo aquel que desea una vida nueva y plena.

Así que, querido lector, si aún no has entrado por esa puerta, hoy es el momento perfecto para hacerlo. Jesús no solo es la puerta del redil, sino también la puerta de la esperanza, del perdón y de la vida eterna. Entra por ella con confianza, y descubrirás que dentro del redil hay seguridad, dirección y amor incondicional. Cristo te espera con los brazos abiertos, listo para ser tu buen pastor y tu salvador por siempre.

No hay paz para los impíos
Pozo de perdición es el destino de los engañadores
Salir de la versión móvil