Desde tiempos antiguos, el pueblo de Dios ha experimentado Su poder de maneras que sobrepasan la comprensión humana. Las historias de liberación, restauración y bendición nos muestran a un Dios que no abandona a los suyos, sino que interviene con amor y justicia en cada generación. Esta verdad ha sido el motivo de innumerables cánticos, alabanzas y testimonios que exaltan Su fidelidad.
Nuestro Dios siempre ha hecho cosas maravillosas con Su pueblo, tanto que lo ha liberado de la cautividad. De vez en cuando, el pueblo ha podido sobrevivir gracias al favor y la justicia de Dios. Han sido muchos sus adversarios y muchos los que han caído ante ellos por el poder mostrado por nuestro Dios.
En el Salmo 126, podemos ver la oración por la restauración de Dios para con su pueblo, al mismo tiempo que es un cántico gradual.
Es bueno poder ver la sugerencia que hace el autor de este libro de los Salmos en su capítulo 126:3, donde nos insta a estar gozosos porque Dios ha hecho grandes cosas con nosotros.
Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres.
Salmos 126:3
Si enumeramos las innumerables veces que Dios ha podido liberar a Su pueblo, no terminaríamos este artículo. Es por eso que en estas breves palabras podemos describir lo bueno y maravilloso que ha sido Dios con Su pueblo, tal como lo describe este salmo.
Dios ha defendido con manos fuertes desde el principio, pero también podemos agregar a estas grandes hazañas que incluso abrió el Mar Rojo y derribó gigantes para que Su pueblo siguiera en pie. Por eso, estemos alegres porque Dios seguirá haciendo grandes cosas.
Este salmo también nos recuerda la importancia de no olvidar de dónde Dios nos ha sacado. Así como el pueblo de Israel fue libertado de la esclavitud, nosotros también hemos sido liberados del pecado y de la desesperanza. Cada creyente puede decir con certeza: “El Señor ha hecho grandes cosas conmigo”. No es sólo una frase simbólica, sino una realidad espiritual que debe llenarnos de gratitud y adoración.
El gozo del Señor es nuestra fortaleza, y cuando reconocemos Sus obras poderosas, nuestra fe se fortalece. No debemos mirar únicamente lo que falta, sino recordar lo que Él ya ha hecho. Si Dios fue capaz de restaurar a Su pueblo en medio del exilio, también puede restaurar nuestra familia, nuestras emociones o nuestra vida espiritual. Este salmo es un recordatorio de que siempre hay esperanza cuando confiamos en el poder de Dios.
Además, la expresión “Estaremos alegres” no es una simple emoción pasajera, sino una declaración de fe. Implica una actitud constante de gozo, aun cuando las circunstancias no sean favorables. El creyente que espera en el Señor puede tener la seguridad de que Dios continuará haciendo maravillas, así como lo hizo en los tiempos de Israel.
Ahora más que nunca, debemos estar sumergidos en el Señor. El sentido del gozo no puede limitarse en nosotros como pueblo de Dios. No olvidemos que todas las obras maravillosas que vemos vienen de nuestro Dios. Grandes cosas el Señor seguirá haciendo, así que estemos alegres.
Cuando recordamos las victorias del pasado, alimentamos la fe para los desafíos del presente. Cada bendición es un testimonio vivo de Su misericordia. Por eso, vivamos agradecidos, proclamando con el salmista: “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros”. Que nuestras vidas reflejen ese gozo, esa esperanza y esa confianza plena en Aquel que nunca falla. Así, cada día será una oportunidad para celebrar las obras de nuestro Dios y compartir Su bondad con los demás.