¡No me deseches en mi vejez, Dios del cielo!

Este salmo es uno que va en dirección de los días de angustia que vivía el salmista David, pero a pesar de todo, las alabanzas de este gran hombre al Dios poderoso continuaban.

Es por eso que al escuchar al salmista decir «no me deseches en mi vejez» él entendía que llegaría el momento donde ya sus fuerzas no serían las mismas. Aun David decía estas palabras su conciencia estaba segura de que Dios estaría siempre con Él.

Este verso a continuación nos muestra a un David creyendo fielmente a la promesa del Señor, confiando en Dios como su roca fuerte, sus alabanzas no cesaban.

No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

Salmos 71:9

Dios del cielo, las expresiones nos dejan mucho qué decir cuando estamos en dificultades y cuando sabemos que aunque estemos tristes, hay un Dios que nos consuela y que nos llena de fuerzas.

Al igual que el salmista, el ser humano tiene momentos que desfallece, pero no termina de caer porque Dios es su roca fuerte así como también lo fue con David.

Hermanos, deseamos que este artículo nos enseñe más acerca de adorar a Dios ante las circunstancias, que podamos decir «Señor en nuestras vejez no nos deseches Dios del cielo, porque Tú eres nuestro refugio».

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