Mira mi aflicción que padezco, ten misericordia de mí

¿Quién más puede conocer nuestras luchas y aflicciones, sino es nuestro Dios? En este artículo hablaremos sobre aquel salmista el cual no le importaba en la circunstancia la cual se encontrará, este podía alabar el nombre del Señor sin temor a nada.

En aquellos momentos que se presentan en nuestras vidas, es que debemos recurrir a nuestros Dios y poder decir al igual que el salmista David, «mira mi aflicción, cuídame y ten misericordia de mí». Siempre debemos creer que la ayuda de nuestro Dios hacia nosotros llegará. Solo debes orar a Él y Él te ayudará.

Hay muchas razones por las cuales este hombre alababa el nombre del Señor, un hombre recto y con el corazón humillado delante de Dios. Siempre dirigía suplicas y alabanzas a Dios. En el siguiente versículo podemos notar algo muy importante. Veamos:

Ten misericordia de mí, Jehová;
Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen,
Tú que me levantas de las puertas de la muerte,

Salmos 9:13

Es de notar que esto no era un «yo te doy alabanza y tú me cuidas», pues no, sino que la misericordia de Dios podía alcanzar al pueblo de Dios y al salmista.

El salmista entendía que Dios se recordaría de aquellos momentos de aflicciones que pudo vivir el pueblo, pero también menciona que también Dios hacía memoria de los momentos difíciles y de sus súplicas.

Es bueno tener en cuenta, que a Él llamaremos con nuestras oraciones, Él nos escuchará y nos ayudará. Solo Él nos sacará de nuestro momento más difícil. Así que cree y Dios vendrá en tu ayuda.

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Sabe el Señor reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio
El Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud
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