Porque aquel gran día, no será un día más, sino que todo aquel que creyó y se mantuvo fiel a la promesa del Señor, disfrutará de la cena de las bodas del cordero.
Por eso debemos proclamar y estar firmes para que ese día podamos estar con nuestro Dios en las bodas que pronto nuestro Amado celebrará con Sus hijos.
Esta es una de las visiones de Juan, el ángel le hablaba de aquellos los cuales son bienaventurados por ser llamados a la cena de las bodas del cordero.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Apocalipsis 19:9
Oh, amado hermano, qué privilegio será cuando en los días finales de esta tierra seamos llamados cada uno por nuestro nombre y seamos invitados a esa gran celebración. Yo tengo fe en que seré llamado y por eso dije en el título de este artículo «Yo estaré en las bodas del cordero». ¿Tú también estarás ahí?
Sigamos caminando rectamente en los caminos del Señor y digamos siempre: Yo estaré en las bodas del cordero. Mantengámonos firmes y en pie de lucha porque ese acontecimiento está cada vez más cerca.