En el último capítulo de apocalipsis, Juan habla acerca de las maravillas del Señor, de la grandeza que le espera a aquel que ha lavado su ropa espiritual, porque todos los que están limpios de corazón servirán en el reino de los cielos al Señor todopoderoso.
No todos podrán disfrutar de estas maravillas celestiales, porque el gran juicio del Señor vendrá sobre los pecadores:
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
Apocalipsis 22:15
Porque todos los que cometen tales abominaciones mencionadas por este gran hombre de Dios, recibirán juicio y castigo, para ellos no habrá misericordia, no tendrán parte en la gran ciudad celestial, no heredarán el reino de los cielos.
Este juicio viene para los perros, los fornicarios, idolatras, homicidas, estos que aman hacer maldad y praticar todo lo que esta en contra de las leyes del Señor.
Las puertas serán cerradas para todo este tipo de personas, los impíos de la tierra verán la mano poderosa de Dios caer sobre ellos, sus mentiras y sus abominaciones los consumirán. Esta será la triste recompensa para los malos.