En el versículo de este artículo, veremos lo que declara Salomón, él habla sobre el efecto del ungüento y el perfume al corazón y compara esto con lo que pasa cuando un amigo da un buen consejo.
El olor del buen perfume inunda todo el lugar y alegra a los que están presentes, de la misma forma, el corazón de una persona se llena de alegría al recibir un buen consejo.
Nosotros como seres humanos, tenemos verdaderos amigos y confiamos, estos nos podrían dar un buen consejo, y de esto es lo que el sabio Salomón nos habla:
El ungüento y el perfume alegran el corazón,
Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
Proverbios 27:9
¿Acaso aparecerá alguien que nos pueda brindar un buen consejo y a través de este podamos triunfar? Debemos tener en claro que existen personas en nuestras vidas que pueden brindarnos este tipo de ayudas cuando lo necesitamos.
El autor no se equivoca cuando se trata de este tema, lo cual es muy importante. No nos olvidemos que tenemos uno que nos puede brindar un buen consejo (nuestro Señor Jesucristo), y que también tenemos amigos que Dios los pone en nuestro entorno para ser ayudados, porque el buen consejo de un amigo, alegrará al amigo.
