Alabemos a nuestro Señor con cánticos, todas las cosas son suyas, pues es el Creador de todo y por eso debemos alabarle para siempre, porque Él es el Rey de gloria por los siglos.
Vengan todos, adoremos y alabemos Su nombre porque Él es santo para siempre, porque no hay nadie como Él en ningún lugar, todo fue creado por Él, aún al principio misma Biblia nos habla de que Su mismo Espíritu se paseaba por encima de las aguas.
Este salmo es un acto de rendición y alabanzas al Señor, nos manda a que abalemos el nombre del Señor, quien nos creó y nos ayuda todos los días de nuestras vidas:
Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
Salmos 95:6
Leyendo este salmo, nos damos cuenta que también nos habla de lo grandioso que Dios ha sido durante todos los tiempos, es por eso que manda a que toda tribu, lengua y nación a dar gloria al único Dios todopoderoso.
¿Por qué no alabar al Dios que hace todo lo imposible posible? Nadie es como Él, manda los cielos y estos le obedecen, al mar y todo lo que creo con sus manos. Arrodillémonos todos delante del Señor y demos gloria y honra por Su grande poder y majestad.
