Oh Señor, ayúdanos a poder estar en la nueva Jerusalén, esa ciudad que has diseñado y guardado para todos tus hijos, para cuando vengas en poder y gloria y nos lleves a morar en esa ciudad.
Oh mi Dios, deseo estar en Tu santa ciudad, ayúdame a seguir de pie, te pido que me des fuerzas para llegar firme a aquel gran día, para poder estar en tu gran morada, que mis pies puedan caminar por esas calles de oro y ese mar como de cristal.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Apocalipsis 21:2
Esta es la nueva Jerusalén, ¡oh qué gloriosa visión tuvo Juan en ese momento!, no me imagino cuál será mi reacción cuando vea aquella gran ciudad preparada para todos aquellos que buscaron el rostro y la santidad del Señor.
Por eso hermanos, continuemos firmes cada día sumergidos en la presencia del Señor, para cuando llegue este gran día. Anhelemos poder habitar en la santa ciudad del Señor.