Gracias Señor Te doy por lo grande y bueno que has sido porque cuando yo creía que no saldría de aquel problema, entonces Tú llegaste y me libraste, por eso cada mañana cuando me levanto y elevo mi ruego hacia ti, pues Tú me escuchas.
Tus misericordia son nuevas como lo dice Tu palabra, ¿quién como Tú Señor que levanta al caído y lo restauras? Por eso no dejo hacer clamores hacia Ti porque solo Tú me puedes escuchar. Eres Tú mi única esperanza y el que puede cambiar mi lamento en baile.
Bendito sea Tu nombre para siempre, cada día me arrodillaré y alabaré Tu santo y bendito nombre, porque clamo desde la tierra y Tú en los cielos escuchas mi clamor. Por eso mis labios y mi boca no se cansarán de alabarte.
Permítenos poder orar a Ti y que tu Señor puedas escuchar nuestras oraciones así como nos lo dice este hermoso salmo: