Antes de nosotros conocer a Cristo nuestro salvador, estábamos lejos de la presencia de Dios, el pecado abundaba en nuestras vidas, éramos ignorantes a las promesas del Señor.
En aquellos tiempos, la muerte y el pecado reinaban en nosotros, estábamos lejos del Señor, ignorábamos y hacíamos cuantas cosas según los designios de nuestra carne, es por eso que cuando Cristo llega, todas las cosas en nosotros fueron más claras y cambiadas para bien.
A continuación veremos unas palabras de Pablo a los efesios donde les habla de cómo estaban lejos de Cristo, pero finalmente fueron acercados hacia Él:
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Efesios 2:12-13
Ahora que estamos con Cristo, pues tenemos esperanza porque nuestro Señor se sacrificó entregándose a sí mismo en la cruz para morir por la humanidad.
Somos salvos por la gran misericordia de nuestro Dios, es por eso que hoy damos gracias por Su enorme sacrificio, cuando estábamos lejos, y Él nos acercó por medio de la cruz.
Es bueno que podamos reconocer este grande sacrificio hecho por nuestro Señor, así como lo dice Pablo en esta carta a los Efesios, ya que esto era una reconciliación entre los judíos y los gentiles.