Cuando hablamos de estar revestidos, nos referimos a que nuestras vidas deben estar sujetas y cubiertas por la sangre del cordero de Dios, ya que de esta forma estaríamos preparados para poder contrarrestar las malicias y ataques del enemigo.
Es por eso que debemos estar cubiertos con Su escudo, porque cuando venga el enemigo para querer arrastrarnos, no nos llevará porque ya hemos sido cubiertos con Su poder.
Es por eso que debemos confesar y aceptar a nuestro Señor, siendo así bautizados en Su nombre, siendo sellados con Su Espíritu Santo, como nos dice el versículo siguiente:
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Gálatas 3:27