El consuelo de Dios es lo que recibe una persona que cree y confía en Él cuando se presentan situaciones difíciles. Es maravilloso poder sentir que nuestro Dios nos da apoyo cuando menos lo esperamos.
Podemos poner un ejemplo claro, es que cuando estamos llega la enfermedad, pues nuestra madre viene, nos cuida y nos ayuda para que podamos levantarnos, nos da consuelo en esos momentos de debilidad.
En Isaías 66:13 podemos ver las palabras del Señor para aquel pueblo que confiaba en el Señor, a pesar de que era un pueblo que a veces era terco ante las palabras del Señor, Dios continuaba siendo su consuelo:
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.
Isaías 66:13