La Corte Suprema de Kenia afirmó la victoria de William Ruto como su nuevo presidente, lo que le convierte como el primer presidente evangélico de la nación. Ruto celebró su victoria con su esposa Rachel, yendo de rodillas ante Dios para dar gracias.
Por si no lo sabías, el cristianismo predomina como la religión oficial de Kenia, ya que un 85 por ciento de la población de ese país se identifica con el cristianismo y sin duda alguna, el Sr. Ruto aprovechó esto para acabar con el control de poder de las familias Odinga y los Kenyatta.
Sus oponentes llamaban a Ruto de manera conflictiva «El diputado de Jesús«, a lo que Ruto hoy en día se siente orgulloso del sobrenombre dado por sus oponentes.
Este acontecimiento marca un momento histórico en la política africana, ya que no solo representa un cambio de liderazgo en Kenia, sino también un símbolo de cómo la fe puede influir en la vida pública. William Ruto creció en un hogar humilde, vendiendo pollos en la carretera para ayudar a su familia, y con el tiempo se convirtió en un líder político de gran influencia. Su testimonio de vida es inspiración para muchos creyentes que ven en él un ejemplo de cómo Dios puede levantar a alguien desde lo más sencillo hasta ocupar el puesto más alto de una nación.
El hecho de que se inclinara de rodillas junto a su esposa para dar gracias a Dios tras conocerse el resultado de las elecciones, refleja un estilo de liderazgo que reconoce la soberanía divina. En un mundo donde muchos líderes se presentan como autosuficientes, Ruto mostró públicamente su dependencia de Dios. Este gesto fue interpretado por muchos como una señal de esperanza para los cristianos de Kenia y del continente africano.
Kenia, al ser un país con una gran diversidad étnica y cultural, necesita de líderes que promuevan la unidad y el respeto mutuo. La decisión de gran parte del electorado de apoyar a Ruto se basó no solo en sus posturas religiosas, sino también en sus promesas de combatir la corrupción, generar empleo y apoyar a los agricultores, quienes representan una parte importante de la economía nacional. En sus discursos de campaña, el presidente Ruto apeló a los valores de la familia, la justicia social y la fe en Dios como base para transformar la sociedad.
Para los creyentes evangélicos de otras naciones, la elección de Ruto es un recordatorio de que la fe puede y debe tener un impacto positivo en la esfera política. El apóstol Pablo exhorta en la Escritura a que se ore por las autoridades y gobernantes, para que haya paz y justicia (1 Timoteo 2:1-2). En ese mismo sentido, muchos cristianos alrededor del mundo están llamados a orar por el liderazgo de Ruto, para que pueda gobernar con sabiduría, integridad y rectitud.
No obstante, también existen retos significativos. Kenia enfrenta problemas como la desigualdad social, el desempleo juvenil, la inseguridad y los efectos del cambio climático en la agricultura. Un presidente cristiano debe enfrentar estas dificultades no solo con buenas intenciones, sino con políticas claras, justicia social y una administración eficiente que dé testimonio de transparencia.
La historia nos recuerda que ser un líder cristiano en política no es sencillo. Es un desafío constante mantener los valores del evangelio frente a las presiones del poder. William Ruto tiene la oportunidad de demostrar que es posible gobernar con principios basados en la verdad, la honestidad y el servicio al prójimo, mostrando que la fe no es un obstáculo para liderar, sino un fundamento sólido.
En conclusión, la elección de William Ruto como presidente de Kenia abre un nuevo capítulo en la historia del país. Su proclamación como el primer presidente evangélico es motivo de esperanza para millones de creyentes, pero también una gran responsabilidad. El mundo observa de cerca si su fe se reflejará en decisiones que promuevan la justicia, la paz y el bienestar de todos los kenianos. Como cristianos, debemos orar para que Dios lo fortalezca y lo use como instrumento de bendición para su nación, cumpliendo así el llamado de ser luz en medio de las tinieblas.