Este es el día que hizo el Señor

En el versículo que veremos en este artículo podremos notar claramente al salmista David dando gracias a Dios por sus obras maravillosas, por todo lo que el Señor había hecho en el presente y pasado.

El salmista David pedía al pueblo que alabaran al Señor, que se alegraran y que se gozaran en el Dios todopoderoso, porque ese era el día que el Señor había hecho.

El siguiente versículo es un acción de gracias por la salvación del Señor, porque su gran poder y misericordia acompañaron a este gran hombre de Dios y al pueblo de Israel:

Alabemos el nombre del Señor, hemos sido librados, y Su misericordia nos ha acompañado siempre. Estemos siempre alegres y fieles delante del Señor.

Este pasaje nos invita a reflexionar en la importancia de vivir cada día con gratitud. El salmista no estaba hablando de un día común y corriente, sino de un tiempo especial en el que reconocía la intervención de Dios en su vida y en la historia de su pueblo. Cada día que se nos concede es un regalo divino, una oportunidad para reconocer que hemos sido sostenidos por la mano poderosa de nuestro Señor.

Si observamos el contexto, David había pasado por momentos de persecución, rechazo y dificultades que parecían insuperables. Sin embargo, nunca dejó de confiar en Dios, y al ver la salvación y la victoria, pudo proclamar con gozo: “Este es el día que hizo Jehová”. Esto nos enseña que aun en medio de las pruebas debemos mantener la fe y esperar con paciencia, porque llegará el día en que el Señor nos mostrará Su respuesta y Su socorro.

Cuando trasladamos esta enseñanza a nuestra vida cotidiana, podemos entender que no se trata solo de un día histórico para Israel, sino de una verdad eterna: cada día que despertamos y tenemos vida es una evidencia del amor y la fidelidad de Dios. No importa las dificultades que enfrentes hoy, siempre habrá un motivo para dar gracias, porque el Señor sigue obrando a tu favor. Por eso, debemos cultivar una actitud de gratitud, de gozo y de alabanza continua.

Además, este versículo es un llamado a reconocer que la salvación en Cristo Jesús es el mayor motivo de alegría. Así como David celebró la intervención de Dios en sus batallas, nosotros hoy podemos celebrar que Jesucristo venció en la cruz del Calvario, nos dio vida eterna y nos abrió un camino de esperanza. Esta victoria es mucho mayor que cualquier victoria terrenal, porque nos asegura gozo eterno junto a Él.

El gozo del cristiano no depende de las circunstancias, sino de la certeza de que Dios está presente. Cuando confiamos en Su palabra, cuando nos aferramos a Sus promesas, podemos declarar con el salmista: “Nos gozaremos y alegraremos en Él”. Esto es una actitud de fe que nos sostiene aun en medio de pruebas, porque sabemos que nuestra vida está en manos del Señor.

Querido lector, te invito a que cada mañana reconozcas la bondad de Dios. Empieza tu día con una oración de gratitud, con un cántico de alabanza, y con la certeza de que el Señor está contigo. No dejes que las preocupaciones opaquen la grandeza del regalo de la vida. Recuerda siempre que este día, y cada día que Dios te concede, es motivo de alegría y celebración.

En conclusión, el salmo 118:24 no es solo un cántico antiguo, es una declaración actual que debe estar en nuestros labios: “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en Él”. Vivamos con fe, con esperanza y con gratitud, reconociendo que el Señor es nuestro socorro, nuestra salvación y nuestro motivo de gozo eterno.

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