Hay lugares donde no todo cristiano se atreve a ponerse en pie y anunciar las buenas nuevas de nuestro Señor Jesús, por ejemplo en un avión. ¿Alguna vez has predicado en un avión? Pues, el pastor Jack Jensz Jr, fundador del ministerio Kingdom Real, hizo esto durante un vuelo.
El equipo del pastor Jack llevó el evangelio en aquel avión a través de una alabanza. Dicho acto fue compartido a través de TikTok y la descripción del video dice: “¡Adorando a Jesús a 30 mil pies en el aire ¡Estamos tomando este vuelo para Jesús!”.
El ministerio Kingdom Real se encontraba en las fronteras de Europa prestando ayuda a los refugiados antes de este acto en el que iban camino a Alemania.
El acto de cantar en el avión fue totalmente organizado, ya que antes habían pedido autorización a la aerolínea. La canción cantada allí fue la histórica «Cuán grande es Dios», y sobre esto, el pastor Jack comentó:
La gente estaba realmente conmovida por lo que cantábamos. Una vez que terminamos, todo el mundo aplaudió y nos dio las gracias y nos volvimos a sentar.
Estamos muy agradecidos por el permiso total que recibimos para llevar alegría a este vuelo con una canción.
El video ya lleva millones de visitas en las redes sociales y a continuación te lo compartimos, esperando que sea de bendición:
Este acontecimiento nos recuerda que la adoración no tiene límites de lugar ni de cultura. No importa si estamos en un templo, en la calle, en una plaza pública o incluso en un avión; donde haya un corazón dispuesto, allí se puede levantar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. El apóstol Pablo escribió en Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Este pasaje refleja lo que hizo este ministerio, demostrando que la fe trasciende las circunstancias.
Para muchos pasajeros, fue probablemente una sorpresa escuchar un grupo de personas entonando un cántico cristiano en pleno vuelo. Sin embargo, lejos de causar molestias, se percibió un ambiente de paz y alegría. En tiempos donde la gente vive cargada de preocupaciones, escuchar un mensaje de esperanza puede marcar la diferencia. La música cristiana tiene ese poder transformador: consuela, anima, fortalece y abre la puerta para que el evangelio toque corazones.
El himno “Cuán grande es Dios” es una de las canciones más conocidas en el ámbito cristiano. Su letra exalta la grandeza del Señor y es cantada en múltiples idiomas alrededor del mundo. Interpretar este cántico en un avión es un recordatorio de que Dios está presente en todo lugar, incluso a 30 mil pies de altura. Jesús mismo dijo en Mateo 28:20: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
El ejemplo del pastor Jack Jensz Jr y su equipo nos motiva a reflexionar sobre nuestra propia fe: ¿estamos dispuestos a testificar de Cristo en cualquier circunstancia? Predicar no siempre significa hablar desde un púlpito, también se trata de aprovechar cada oportunidad para mostrar con palabras, acciones y actitudes que Jesús vive en nosotros. Una sonrisa, un acto de bondad o una canción pueden ser instrumentos para sembrar esperanza en los demás.
Algunos podrían cuestionar este tipo de acciones en espacios públicos, pero lo cierto es que el evangelio no debe ser limitado por el temor al qué dirán. Como cristianos, estamos llamados a ser luz en medio de la oscuridad y a proclamar la verdad del evangelio en todo momento. Hechos 4:20 nos recuerda: “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.
La viralización de este video en redes sociales también es un recordatorio de que hoy contamos con medios poderosos para difundir el mensaje de Cristo. Lo que comenzó como una simple adoración en un avión se convirtió en una noticia internacional que impactó a millones de personas. Esto muestra cómo Dios utiliza cualquier plataforma para que Su nombre sea glorificado.
En conclusión, lo que hizo el ministerio Kingdom Real no fue un simple acto musical, sino un poderoso testimonio de fe. Nos inspira a no tener miedo de proclamar el evangelio y a recordar que cada lugar es una oportunidad para adorar al Señor. Ya sea en un templo, en la calle o en el aire, lo importante es levantar el nombre de Jesús con alegría y gratitud.
Que este ejemplo nos anime a vivir una fe valiente, a no avergonzarnos del evangelio y a proclamar con nuestras vidas que Cristo es el Señor de todo lugar.